lunes, 21 de noviembre de 2011

LA FAMILIA COMO FACILITADOR DEL CRECIMIENTO Y DESARROLLO INTEGRAL DEL NIÑO


El niño al nacer es un ser indefenso, necesitado de atención y cuidado de los adultos para satisfacer sus necesidades biológicas, protegerlo de los peligros contra su vida y su salud, proporcionarle afecto, entre otros. Se puede decir, entonces, que el niño cuando nace se introduce en un grupo social que puede satisfacer sus necesidades básicas. Por otra parte, el grupo necesita del nuevo individuo para poder perpetuarse y mantener sus valores, creencias y costumbres.

            Ahora bien, el grupo familiar es responsable de comenzar a cultivar en el niño la seguridad en sí mismo, la autonomía, la habilidad para socializar, el interés por desarrollar su inteligencia y la capacidad para comunicarse. Esta última es de suma importancia, ya que a través del diálogo se adquiere la información, y, además, se es capaz de recrear la que se posee.    

            Por lo cual, se hace necesario ahondar más, a cerca del papel que juega la familia en el desarrollo integral del niño, en lo que refiere al proceso de socialización, roles y funciones familiares, influencia en dicho crecimiento, así como la participación efectiva de los padres en el preescolar y la relación que los mismos mantengan con el docente. Todos estos aspectos son tomados en cuenta para llevar a cabo la siguiente investigación.

             LA FUNCIÓN SOCIALIZADORA DE LA FAMILIA EN EL DESARROLLO Y CRECIMIENTO INTEGRAL DEL NIÑO
            La familia representa el primer contexto social que acoge al individuo e interviene en primera instancia en su inmersión social e influencia cultural. En este sentido, la función socializadora refiere al proceso por medio del cual los niños adquieren conductas, creencias, normas morales y motivos que son el objeto del aprecio de su familia y de los grupos culturales a los que pertenece. Los padres son los agentes principales y más influyentes, aún cuando no sean los únicos, de la socialización, sobre todo, durante los primeros años de su vida, porque mantienen interacciones más frecuentes e intensas con el niño, que cualquier otra persona.
INFLUENCIA DE LA FAMILIA EN EL DESARROLLO INTEGRAL DEL NIÑO
            El ambiente ideal para el desarrollo adecuado de los niños, es aquel que brinde armonía y afecto entre los integrantes de la familia. Hoy en día se sabe que el tipo de relación que exista entre los padres y el niño va influenciar en el comportamiento y en la personalidad del menor. Por ejemplo, si los padres demuestran actitudes y conductas rígidas, autoritarias y violentas es casi seguro que los hijos se muestren tímidos, retraídos, inseguros, rebeldes y agresivos; un ambiente donde se perciba violencia y discusiones entre los integrantes se convertirán en factores que desencadenen problemas tanto en la conducta, el rendimiento académico como en el desarrollo emocional y social de los niños. Por el contrario, las personas seguras, espontáneas son aquellas que se les ha brindado la oportunidad de expresarse, de decidir y desarrollarse en un clima de afecto,  confianza y armonía.
            Los valores son otros patrones de conducta y actitudes que se forman en el niño desde edades muy tempranas. La solidaridad, el respeto, la tolerancia, entre otros, son valores que surgen en el seno familiar, el niño observa de sus padres y aprende de sus conductas, si percibe que son solidarios, ayudan a los demás o cumplen con sus responsabilidades, ellos asimilarán estos patrones y harán que formen parte de su actuar diario . En la escuela esto sólo se reforzará puesto que la familia es y siempre ha sido el principal agente educativo en la vida del niño.
SUGERENCIAS PARA PROPICIAR EL DESARROLLO INTEGRAL DEL NIÑO
            Todos los seres humanos poseen intereses innatos que orientan su motivación a realizar ciertas actividades; pero también es posible animar a los niños y niñas para que realicen cada día más y mejores cosas. Algunas de cómo lograr esto son:
  • Preguntarle lo que piensa o siente sobre las situaciones que ocurren en la familia, y tomar en cuenta sus comentarios.
  • Permitirle participar en la toma de decisiones familiares.
  • Acondicionar un espacio cómodo, higiénico e iluminado para que el niño o la niña realice sus tareas.
  • Reconocer sus logros y ayudarlo a superar sus limitaciones.
  • Recordarle lo importante que él o ella es para la familia.
  • Alentarlos cuando fracasen en una meta, enseñarles, con ejemplos, que con esfuerzos y dedicación se pueden lograr las metas propuestas.
  • Dirigirse a él o ella de manera cariñosa y respetuosa.
  • Aclararles las dudas de la manera más sencilla y clara posible, y sin dejar que pase mucho tiempo sin hacerlo.
  • Comprenderlos y ayudarlos, siempre. Para lo cual el factor clave es la paciencia.
  • Incluir al niño o a la niña en la realización de tareas cotidianas como: asear la casa, comprar en el mercado, leer, entre otros.
  • Realizar junto con él o ella las actividades que más le agraden, como jugar, hacer deportes, contar chistes, otros.
«La familia es un lugar privilegiado donde los niños han de encontrar sus puntos de referencia y descubrir los valores que forjarán su personalidad. (...) La educación es función insustituible de los padres. La escuela tiene una misión muy importante, pero ha de cumplirla en relación con los padres». Lionel Jospin